Al buscar el origen del queso se encuentran muchas versiones que van desde leyendas mitológicas hasta historias campesinas. De los dioses del Olimpo se dice que fueron ellos quienes enseñaron a los hombres a elaborar el queso.
De acuerdo con el escritor Plinio el viejo, autor de Historias naturales, en Roma preferían ante todo los quesos azules (antecesores del actual roquefort). Sin duda los romanos eran grandes consumidores de este alimento, y su tendencia hacia el queso de cabra era tan notable que hasta lo condimentaban con especias.
Por este motivo se le considera como parte de los expansionistas, tanto de la elaboración como de las técnicas implicadas en la fabricación de este alimento rico en calcio, proteínas y fósforo.
En el siglo XX el sector quesero se modernizó gracias a los descubrimientos en el campo de la bacteriología, la química y la técnica, pero se destaca que el toque artesanal ha permanecido desde sus inicios, solo con algunas modificaciones.
Además de ser consumido en dicho imperio, el queso se consumía en Europa y Medio Oriente unos once mil años antes de Cristo, según datos históricos; en vista de que había aprendido el valor y las ventajas que ofrecía a la ganadería.
Ese cree que el origen del queso tuvo lugar gracias a que un pastor no tenía donde transportar la leche y se le ocurrió matar un cabrito para utilizar su estómago para esos fines. A consecuencia del calor durante el camino, la leche se tornó sólida y se convirtió en una pasta, que luego dio origen al queso que conocemos hoy día.
La fama del queso se fue extendiendo por todas partes, y en algunas ocasiones fue gracias a los monasterios europeos, cuyos monjes tenían debilidad por la gastronomía. Algunos de los quesos tenían el nombre de los monasterios por ser fabricados en la zona.
La palabra “queso”, que miles de personas utilizan a diario, se origina del latín caseus, mientras que el “fromage” de los franceses tiene su origen en la palabra griega “formos”, utilizada para designar a la canasta de mimbre donde se le quitaba el suero al queso en Grecia.
Los españoles, portugueses, holandeses, alemanes e ingleses usaron la raíz latina: ques-queijo-kaas-käse-cheese; y los italianos y franceses se optaron por la denominación griega: formaggi-fromage.
No hay comentarios:
Publicar un comentario